Acabo de soñar contigo… Estaba yo en mi cuarto, como ahorita, en shorts y con una playera de tirantes, en mi cama con Vader, dormida por tanta aburrición. De repente, no sé cómo entraste a mi casa y llegabas a mi cuarto. Mi cuarto ya no era mi cuarto de CDMX, ya estábamos en cuerna. Llegabas y me decías con mucha angustia “No sé qué hacer”, yo no respondía nada. Seguías “Laura me acaba de escribir y me dijo ‘estoy muy emocionada porque al rato estaremos tuyo yo, juntos en (inserte nombre de algún foro y/o concierto)’ y yo ya no quiero.” Permanecí callada, en mi cama viéndote desparramarte en esa silla que ni tengo en la vida real. En ese momento te iba a interrumpir para decirte “Oye, lamento tu pedo, pero yo ya no soy tu amiga, ya no quiero ser tu amiga y no sé qué tengas que hacer”, pero ni tiempo me diste, seguiste “Quiero ir con D, ¿Qué hago?” y te aventabas a mi lado sumergiendo la cabeza en la cama, junto a mí, muy cerca de mí. Te vi y quise besarte, pero no, te dije “Tu pedo es que siempre haces esto, antes no me daba cuenta, pero ahora todo es muy claro”, eso lo dije obviamente porque yo me sentí Laura en ese momento, una chica a la que seguramente habías ilusionado con tu pinche carita de buen niño y tus tratos caballerosos que enamoran a cualquier mujer porque ya nadie nos trata así y aunque tengas novia, creemos pendejamente que tal vez quieres estar con nosotras.
Me volteaste a ver y dijiste algo que no recuerdo que dejaba caro que Laura era sólo tu amiga, tu pedo era que en vez de querer ir con tu amiga querías ir con tu novia. Me sentí estúpida por haberme proyectado mentalmente sugiriendo que Laura era otra como yo en tu vida. Entonces dijiste “D quiere un póster” y yo “Pues se lo compras” y tú seguías poniendo pretextos a los que yo encontraba solución porque el pedo era que no querías ir es puto concierto sin tu novia.
Te dije “Debes hacer cosas con otras personas, eso enriquecerá tu relación, no puedes hacerlo todo con ella, ¿por qué eres así?” y tú, clavando nuevamente tu cara en la cama dijiste “Sí, soy un viejo enamorado” y yo pensé “No, eres un pendejo”.
Mi mamá entró al cuarto, estaba desnuda, se acababa de bañar y yo te abracé tapándote la cara para que no la vieras, te sacaste de onda porque no sabías que pasaba, te dije “Mi mamá acaba de entrar y prefiero que no la veas desnuda”, ya estaba por ahí también mi hermana y todos nos reímos de mi comentario. Se fue mi mamá y no te avisé, me quedé pensando, no sé en qué, pero fue de esas veces en las que te quedas con la vista perdida, sumergida en un pensamientos, recargada en ti con tu cara hacia la cama, entonces regresé y te dije “ah, ya se fue mi mamá” y tú dijiste “sí, escuché el silencio y pensé ‘¿ya se habrá ido?’” Nos reímos y me abrazaste por la espalda.
Por un segundo, todo se sentía como antes, como antes de que algo pasara entre nosotros, como cuando éramos amigos y claramente nos tirábamos la onda, pero no había pedo porque nada estaba dicho, todo eran suposiciones y en eso nos escudábamos para pensar que “todo estaba bien”, cuando en realidad sólo nos hacíamos pendejos. La diferencia es que en este sueño ya habían pasado las cosas, yo ya sabía que habías decidido quedarte con tu novia y que a mí me habías botado sin reparo. Sin embargo, me quedaba en tus brazos, pensaba “otro ratito” mientras te aconsejaba como antes diciendo “Debes estar con más personas…”. Hubo un silencio y empecé a enseñarte un dibujo que hice de Vader, que realmente no era un dibujo, no sé... y desperté.